miércoles, 7 de mayo de 2008

04/05 Es Vedrá-Denia y el retorno

Tras la despedida de las aborígenes de desde la playa, pusimos rumbo al ocaso que se dibujaba en el horizonte a las 7 de la tarde para volver al continente... nada lejano, porque desde el momento de la partida divisábamos la silueta del peñón de Ifac y, cuando cayó la noche, las luces de Denia y Altea a proa y el resplandor lejano de Valencia ganando desde la amura el través de estribor.

La travesía fué plácida. Viento escaso de través por estribor rolando a ceñida, insuficiente para transportarnos en un tiempo razonable pero válido para que la vela diera 2-3 nudos sobre el motor u estabilizara el barco. Guardia del Almirante hasta las 12 y mía de 12 a 2:30, tras un magnifico desayuno-cena a base de tortilla y puré.
Aposté a que a esa hora cruzaríamos bocana y perdí porque fue a las 2:35. Amarre de popa perfecto a la segunda.

La travesía había terminado. Ahora quedaba solo el atasco del retorno vacacional.

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03/05 Ibiza-Es Vedrá

Amanece en Ibiza (11 de la mañana).
La infausta costumbre de Javier de no desayunar y no tomar dulce tiene su parte mala: las injustificables esperas mientras el resto de la tripulación va a "tomarse un café rápido" que suele incluir bollería, prensa y compras... y su parte buena: deja cada mañana el barco como los chorros del oro; su parte útil: da tiempo de poner a cargar en la cafetería todo el equipamiento audiovisual... y su parte inutil: no parece que tales privaciones permitan conservar sine día la cintura de avispa de sus veinte primaveras.

En todo caso partimos, con las compras hechas, los estómagos llenos (incluso el de Pablo, que ya no volvió a vaciarse) y las cámaras cargadas (a Dios gracias, visto lo que nos esperaba) rumbo a la cala de Es Vedrá, a poniente de Ibiza, donde habíamos quedado a comer con el barco de Israel. El almirante se relamía con las posibilidades sociales abiertas por ello. Los demás por el baño-comida (circunstancia que no evitó el tradicional refrigerio a base de banderillas, papas, bollitos de leche...).

Mientras tanto se navegó con buen viento de ceñida (14 nudos) tanto a un lado como a otro del canal, que cruzamos sin problemas por el paso norte (de menos calado que el sur). No se arriaron velas hasta la misma entrada de la cala (de hecho la mayor, cazada, se nos olvidó con el aire remansado dentro de esta y tuvieron que avisarnos de que la quitáramos cuando ya habíamos iniciado el fondeo).
Operativo el molinete, se fondeó perfectamente y se recibió en cubierta a la embajada del otro barco. El plan era entretenerles con abalorios y agua-de-fuego en nuestra cabina, tomar su chinchorro y con el su barco y secuestrar a las sabinas... pero había poco ímpetu para el remo y nos advirtieron que parte de estas habían sido abandonadas en tierra con anterioridad, por lo que perdimos el interés y nos dedicamos al baño unos, a las habichuelas otras.

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lunes, 5 de mayo de 2008

02/05 Formentera-Ibiza

Amanece en Formentera. De hecho ha amanecido hace un rato, porque son las 9.
Goteamos subiendo a desayunar a cubierta (frío, porque aún no hemos descubierto que lo del gas es cuestión de insistir)... y ahora sí está garreando el barco, lo cual obliga a una maniobra rápida de salida del fondeo. El coste de no vernos desvencijados contra el acantilado es el arrastre del ancla por la posidonia... delictivo pero inevitable.

Tras la visita al atestado puerto de la Sabina (donde comprobamos que nuestras averías son presuntas) navegamos hacia Ibiza, a motor hasta el canal (que habremos de pasar con viento de proa) y a vela, por fin y con buen viento por encima de veinte nudos más allá de éste.


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El primer tramo de la derrota, rumbo norte hacia el canal con las salinas de Formentera a estribor nos cruza con unas cuantos barquitos de esos que cuesta mantener mensualmente más de los ingresos anuales acumulados de toda nuestra tripulación. Con bandera enemiga (inglesa) todos ellos menos el más espectacular: Una goleta azul de unos 50 m con una rojigualda más o menos del tamaño de la de la plaza de Colón... nos preguntamos si sería de algún cortesano, de Abel Matutes... Cuando más tarde, de tiendas en Ibiza, nos encontramos con Ana Botella, la niña y el yerno, no nos acercamos a preguntarles si era suyo.

El segundo tramo no fue tal. Pasado el canal teníamos olas de entre 1 y 2 m y viento entre 18 y 24 nudos. Lo justo para dar emoción sin peligro, así que dedicamos 3 horas a probar la ceñida del barco, la templanza de los timoneles, la habilidad en la maniobra de los tripulantes y el valor de los pasajeros. Tras los pánicos iniciales habituales, se navego y se maniobró con soltura... e incluso se pudo inmortalizar la situación.

A las 4:30 decidimos entrar a puerto para comer a la hora que cenan allende los Pirineos.
Llamamos a los dos puertos deportivos nuevos de Ibiza para atracar resultando que estaban llenos, así que tuvimos que abordar el viejo por el tradicional método de aquí-te-pillo-y-aqui-te- mato.
La maniobra no era sencilla por el fuerte viento de través y la gran longitud de los muertos. Atracamos de proa pero tuvimos que cambiar a otra plaza, por haber un bloque de cemento bajo el pantalán que exigía hacerlo de popa y mucho más alejados de éste de lo necesario para poder desembarcar... Además, el marinero nos informó de que estaba ocupado por otro barco (despues de saludarnos diciendo "existe la radio..."). Temo que de hacerlo nos habrían prohibido el acceso.
Con el viento reinante era imposible no topar con el muerto del barco de babor. Preferí no dar el mínimo motor (con lo que la deriva nos llevó a enganchar en ellos la orza) que darlo, lo que quiza hubiera evitado ésto pero quiza hubiera provocado el enganchón en la helice (circunstancia penosa y onerosa) salimos de la trampa estirando del muerto y atracamos en la nueva plaza, ajustando el barco a la perfección gracias a las indicaciones de otro navegante que pasaba por el pantalán, llegado esa noche de Cerdeña con vientos fuerza 7 que justificaban el mar de fondo a levante del canal.

Desembarcamos en Ibiza (Cris intentó quedarse entre el barco y el muelle y lanzar al mar la escalerilla que hurtamos al barco de al lado, pero conseguimos evitarlo, gracias a Pablo, candidato al Zamora por su parada en plancha de la escalerilla que comenzaba a hundirse). Se abría el programa de actividades terrestres: Tiendas, cena y copitas.

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01/05 Denia-Formentera

Tras deliberar con Israel sobre los planes de Convoy y revisar la maniobra a vela, momento que aprovechamos para dejar caer al mar el pasador del mosquetón de la driza de mayor, que tuvo que ser substituida por un inquietante as de guía, desatracamos sin las incidencias habituales (quicazos, enganchones con los muertos...), cosa que hubiera sido atroz con el trailer de 47,7 pies que llevábamos y el perfecto efecto decorativo de la motora Pinifarina color bronce atracada a estribor.
Un hurra a la tripulación dando patadas y soportando pacientemente las voces imperativas del timonel.

Bahia de Denia, Peñón de Ifac a estribor y rumbo 270. 12 nudos de levante (casi por proa, naturalmente). Izamos las velas e iniciamos un tímido través para ganar barlovento. Israel nos alcanza y nos informa que su bateau-mouche tiene una derrota turística que cumplir y necesita 7 nudos... se arrían las velas y avanzamos a motor, sin demasiados pantocazos, porque la mar está tranquila.

Pese a ello, y sin que lo advirtiéramos, Pablo decide, una vez más, reunirse con su estómago en el camarote. Mejor para él... si no hubiese sucumbido al mareo por el mar lo hubiese hecho por los cantos regionales: se repasó la mandrágora, los 70s, los 60s y parte de los 50s... a voz en grito, yo quedé totálmente afónico (y por lo tanto incapacitado para dirigir la maniobra) y se forjó el leimotiv de la travesía: Rodar y Rodar

...Las fotos de Nacho http://picasaweb.google.com/ignacio.lomas/DeniaIbizaVeleroDe47Pies
... y alguna más http://www.sailinganarchy.com/fringe/2005/images/tensiometro.jpg


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Cervecitas, banderillas, zumo de tomate... sandwiches de atún para los más valientes. Sagrada siesta del almirante. Una vez resucitado, a tres horas de destino, siesta para mí. Rodando por el camarote descubro emocionado que se ha decidido aprovechar el ocaso para navegar a vela. Emocionado aunque no tanto como para acortar mi sueño más de lo necesario.

Arribamos a las 2 de la mañana al punto de reunión, la cala Es Poblet, a poniente de Formentera. Cala abierta, sin boyas y de fondo arenoso cubierto con posidonia, requirió un par de vueltas para elegir el punto de fondeo entre los otros barcos, iluminados por la luna (nueva), la luz de puente (no operativa), las linternas del barco (ausentes) y los frontales de los tripulantes (agotados de batería excepto uno). Una vez elegido fue el motor eléctrico del molinete del ancla lo que no funcionó, requiriéndose para la maniobra el brazo de granito de Don Nuño. Al día siguiente funcionaba perfectamente. Inconvenientes de usar un barco en su primera travesía estival.

Tras el esfuerzo, la cena reparadora... la llamada de la naturaleza llevó a Sofi y Cris a los fogones, pero no conseguimos encenderlos. Comprobadas las espitas, llegamos a la conclusión de que estaban agotadas las bombonas de butano... con lo que apetecía comer caliente los guisantitos, las tortillitas o la crema de calabaza... Al día siguiente, tras parar para reponerlo en el puerto de la Sabina, funcionaba perfectamente. Inconvenientes de usar un barco en su primera travesía estival.

Comprobado con el GPS que no garreábamos, vimos las tan esperadas fotos de Javier de hace dos años y nos retiramos a dormir con el suave bamboleo de la corriente de la cala... hasta el próximo capítulo.

31/04 Tripulación, llegada y embarque

El comando Monegros (Javier y Sofi) fueron los primeros en salir y llegar. Probablemente no fueran ajenos a ello los enlaces informativos que les fueron enviados sobre las características de la embarcación:
http://www.cyber-corredera.de/correderas/19_dateien/11_yate6.jpeg
... y alguna más:
http://www.almiyachts.com/charter_boats/first_477/first_477_photo_gallery.htm

A las 11:30 ya estaban en Denia. Habían recibido el barco, estibado las provisiones de las que fueron encargados (alcohol) y las que no (banderillas) y ocupado el camarote de proa. Cabe suponer una breve colación hasta la llegada del comando Madrid (Nacho y Pepe).

Éste partió, pese a los avisos de galerna laboral, a las 7 y llegó a Denia a la 1:30, sin más particular que dos conference calls, un atasquillo de 45' en La Roda y el agotamiento de batería del GPS al la altura de L'Alqueria de la Comtessa.
Se decidió, junto a Javier, esperar al postrer comando Zaragoza (Pablo, Cris y Miguel)inspeccionando la uniformidad en los establecimientos portuarios, que dilataron su salida de las 9 a las 10 y llegó a las 3 por el previsible olvido en la recogida previa de intendencia.
No se les oyó llegar (porque al prius en eléctrico no se le oye) y con unas someras indicaciones (poniéndonos en mitad de la calzada) se facilitó su entrada y estacionamiento en puerto.

Terminada la estiba y los maitines (4:30 de la mañana) nos retiramos a los camarotes dispuestos a partir al alba, i.e., sobre las 11 o 12 del próximo capítulo...